Siempre dicen que una madre no se puede poner mala, que es mejor que todos los demás se pongan malos para que la "sufrida" progenitora los cuide (que lo va a hacer seguro) a que sea ella la que se ponga... (¡que entonces ya veremos!)
Esto se cumple doblemente en nuestro caso aunque haya amigos que se ofrezcan, aunque tu familia esté en tu misma ciudad, aunque hay una persona en casa que a veces te ayude. Por que esa persona también libra y las noches tienen unas doce horas pa ti solita.
Si te pones mala y eres MSPE...estás jod...
Por que sí; por que a no ser que te hayas roto una pierna o mejor las dos para que así no nos encabezonemos, vamos a tener-querer-deber seguir sacando a esta familia con un sólo adulto adelante.
E incluso vomitando estarás tú con tus mellizos de catorce meses despiertos contigo y en el cuarto de baño a las cuatro de la mañana por que la gastroenteritis está en la fase: te vas a enterar de lo que es bueno o pasarás con ellos dos, siete horas en tu habitación (bendita la hora en la que
compré un futón desde el que no se me estrellan) diciéndote a ti misma: de esta no salgo, jamás volveré a tener fuerzas, cómo hago con ellos. Todas esas preguntas tan positivas que nos traen las enfermedades... y más algo de estómago tan poco grave, pero tan sintomático.
¡Ah!, y mamando, no se nos olvide, que ellos hambre tienen igual estés como estés.
Pero si tienes suerte y unas 36 horas después el virus empieza a remitir y ves la luz... literal, pero literal,¿eh?, la luz, el amanecer, la vida sonríe sin virus, la, la, vuelvo a tener fuerzas, soy feliz., pues no pasa nada y todo queda en una experiencia, pero
una se echa a temblar pensando en que por favor, que la vida no nos mande una prueba más difícil que esa, que tenemos niños para criar y necesitamos salud...
¡Mujeres, cuídense!
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